Chile
El presidente de Sofofa, es claro y tajante: "En el sector empresarial sentimos que aún faltan definiciones políticas que devuelvan al mundo privado las certezas para volver a invertir".
Lunes 15 de Junio de 2015.- Lejos de estar tranquilos. Más cerca de la incertidumbre y la preocupación siguen estando los empresarios de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa). Ello, a pesar de que los ministros de Hacienda, Rodrigo Valdés, y del Interior, Jorge Burgos, intentaron con sendos discursos en Icare calmar los ánimos y dar certidumbre al sector privado.
Y así lo explica el presidente de Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, quien propone a las autoridades crear una agenda pro confianza que nazca del diálogo y que busque acuerdos.
¿Todavía perdura la luna de miel con las nuevas autoridades?
Las lunas de miel marcan el inicio de una nueva etapa en la vida, en la que se empieza a construir y avanzar juntos, siempre de a dos. Persistiremos en nuestra intención de trabajar junto con las autoridades para abordar, con diálogo efectivo, los desafíos que Chile enfrenta en materia de crecimiento e inversión, mercado laboral, recomposición de las confianzas y el bienestar general de las personas.
¿Los empresarios están más tranquilos?
Con las proyecciones que ha realizado recientemente el Banco Central y las actuales cifras económicas es muy difícil que alguien pueda estar tranquilo. Lamentablemente, hemos constatado errores en el diagnóstico y falta de prolijidad en muchas de las reformas que el gobierno está llevando a cabo. Es el momento para hacer un llamado a las autoridades a reponer el diálogo, ya que estamos enfrentados a una etapa de definiciones que requiere de decisiones por parte del gobierno: o continuamos con el voluntarismo reformista y profundizamos la desaceleración o giramos hacia la construcción de un plan de desarrollo que incorpore diferentes visiones y permita que en Chile no borremos con el codo lo que se escribió por décadas con las manos de todos los chilenos.
Usted acompañó a la Presidenta Bachelet durante la gira presidencial por Europa, ¿cómo la vio? ¿Pudo conversar con ella y plantearle las inquietudes que tiene el sector privado?
En este tipo de giras, la Presidenta nos representa bien. Estamos seguros de que compartimos la visión de llevar a nuestro país a lo más alto. Las giras ayudan a posicionar la imagen de nuestro país en el contexto internacional, y en esta oportunidad se cumplieron objetivos políticos y económicos que nosotros compartimos. Cuando estamos afuera, tenemos todos puesta la camiseta de Chile y los problemas del equipo se arreglan dentro del camarín.
Volviendo entonces al camarín, el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, señaló que uno de los graves problemas que enfrenta la economía es que los índices de confianza empresarial siguen de capa caída, ¿qué falta para que se recuperen?
En el sector empresarial sentimos que aún faltan definiciones políticas que devuelvan al mundo privado las certezas para volver a invertir. El presidente del Banco Central fue claro en decir que la situación económica se debe a elementos “autónomos” que han afectado la confianza. El menor crecimiento no responde hoy a factores macroeconómicos, como ha sido habitual en nuestra historia, sino a la realidad política que ha afectado las expectativas. La oportunidad que tenemos es que cuando el problema es interno, la solución está al alcance de nuestras manos.
¿Ponerles límite a las reformas que están en curso?
El diagnóstico está claro y ha sido ampliamente compartido por diversos actores políticos, académicos y empresariales. La batería de reformas, tanto por la profundidad y la simultaneidad, y el anuncio de continuar con ellas a pesar del bajo respaldo ciudadano, han mermado las confianzas y las expectativas, deteriorando la situación económica del país. Si queremos recuperarnos, debemos asumir el origen del problema y tener la voluntad política de resolverlo.
Se dijo que en la cena que tuvieron los presidentes de las seis ramas de la CPC con los ministros de Hacienda y de Interior, el tema constitucional fue el que más dejó preocupados a los empresarios, ¿qué es lo que más les preocupa si se hace un cambio a la Carta Fundamental?
No voy a referirme a los contenidos de una cena privada. Sin embargo, creo que las constituciones son la base sobre la que se construyen los países. Se pueden modernizar, renovar y, por cierto, mejorar, pero lo más importante es tener claro qué cambios se realizarán, bajo qué diagnóstico y con qué objetivo. Hoy nos parece preocupante que no se especifique qué se quiere cambiar y con qué se reemplazará. Sólo tenemos titulares que apuntan al proceso de cómo cambiar la Constitución, como si esto fuera lo único importante.
El ministro Burgos señaló en Icare que “la Constitución que nos rige es un problema para Chile, porque carece del aprecio que las constituciones necesitan”, ¿usted aprecia o no la actual Constitución?
No creo que las constituciones se vean afectadas por problemas de “aprecio”, su fundamento es la legitimidad. Nuestra Carta Fundamental ha sido modificada en diversas oportunidades, la última vez por el ex Presidente Ricardo Lagos. Sin embargo, el principal cuestionamiento no proviene de su contenido, sino más bien del momento político en que se elaboró. Aun así, el período que ha regido la actual Constitución ha sido el más virtuoso de nuestra historia, tanto en términos económicos como sociales. Nunca antes Chile avanzó tanto en tan poco tiempo.
El mismo secretario de Estado agregó que “no podemos darnos el lujo de vivir bajo la vigencia de una Carta que no goza de la legitimidad popular que necesita”, ¿qué le parece esta afirmación?
No soy un experto constitucionalista, pero ante afirmaciones como ésta, las preguntas que nacen de manera inmediata son: ¿Qué cambios hacemos y con qué profundidad? ¿Dónde está el problema? ¿Qué elementos nuevos queremos introducir y con qué objetivo? ¿Vamos a respetar la institucionalidad vigente para debatir y realizar las adecuaciones que se acuerden? Nuestra Constitución abarca muchos temas y materias, por lo que su modificación impacta diversos ámbitos de la vida y del funcionamiento de nuestra sociedad. Desde el derecho a la vida hasta los de propiedad, por ejemplo. Debemos ser cuidadosos y responsables en cómo abordamos este tema y sobre todo debemos cuidar el momento político para hacerlo.
Con la aplicación de la reforma tributaria, la laboral en proceso, una economía que no logra fortalecer su crecimiento, ¿recomendaría usted al gobierno que postergue la discusión sobre la reforma constitucional, especial- mente tocar los derechos de propiedad?
Lamentablemente, la actividad económica ha resentido con fuerza el proceso reformista en el que estamos inmersos y esto ha impactado en las personas. A la gente hoy le cuesta más encontrar un empleo en el sector privado, las remuneraciones reales han caído en el margen y las expectativas del mundo empresarial y de los consumidores siguen en terreno pesimista. No podemos darnos el lujo de dejar marginados del mundo laboral a más mujeres y jóvenes, sacrificando con ello el principal motor de la movilidad social.
En este escenario, creo fundamental moderar la discusión y el debate respecto de los cambios y reformas que se busca impulsar. No sólo la constitucional. Y no porque los cambios per se sean malos, sino porque los que se están llevando parten de un diagnóstico errado, no abordan los problemas de fondo y, por consiguiente, han perdido el respaldo ciudadano. Todas las encuestas recientes muestran la baja aprobación ciudadana hacia la reforma tributaria, laboral y educacional. Puede haber consenso sobre la necesidad de mejorar ciertos aspectos políticos, sociales y económicos de nuestro país, pero claramente el camino por el que ha optado el gobierno no ha sido el correcto. Y esto ha afectado las expectativas y la inversión..., más claro echarle agua.
En otra reforma, la tributaria, el ex ministro de Economía Juan Andrés Fontaine propuso modificarla, porque “está en juego el crecimiento”, ¿creen que es necesario ajustarla y en qué?
Tiendo a coincidir con Juan Andrés, porque las economías modernas requieren sistemas tributarios que les hagan la vida más fácil a los contribuyentes y no al revés, porque los incentivos tienen que ser justos para los inversionistas nacionales y extranjeros.
Al respecto, el ministro Valdés indicó que “es poco serio proponer rebajas de impuestos o cambios a las normas para combatir la evasión y la elusión”…
No se trata de esto. Lo que se puede hacer es mejorar y simplificar el sistema para combatir la evasión y elusión, sin sacrificar los incentivos al ahorro y a la inversión.
Expectación
Si tuviera que definir con una palabra cómo vienen las perspectivas de crecimiento para este año, ¿cuál sería?
Si no hacemos las correcciones que hemos mencionado, nuestro pronóstico es a la baja. En una palabra, estamos expectantes.
¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento que tiene Sofofa para el presente ejercicio?
En el escenario más probable, si no hacemos nada diferente, la economía crecerá 2,5%, con lo que completaremos dos años creciendo en torno al 2%, el peor desempeño de nuestra economía, excluyendo las crisis internacionales, en 30 años. Esto nos parece lamentable y preocupante, ya que, como dije anteriormente, esta desaceleración era evitable, porque responde al contexto político del país y no a factores propios de la economía. Además, esperamos una nueva caída de la inversión de 1%, que se suma a la registrada el año 2014, de 6,1%. Todo lo anterior trae aparejado menor creación de empleos, caídas en el ritmo de crecimiento de las remuneraciones y también menor recaudación fiscal para financiar los proyectos sociales, lo que afecta directamente a las personas.
¿La inversión no logrará dar un giro y recuperarse?
Dependerá de las señales que dé el gobierno. Hoy, la inversión está cayendo porque las expectativas se encuentran en terreno pesimista, lo que retroalimenta la cautela de los empresarios. Si queremos recuperar la inversión, volver a crear empleos, a la fecha la creación de nuevos puestos de trabajo en el sector privado ha sido casi nula, y crecer a las tasas necesarias para que el país se desarrolle, se requieren cambios reales en la forma de llevar adelante la agenda política, profundizando el diálogo, el respeto y la confianza. De lo contrario, difícilmente podremos salir del momento económico en el que nos encontramos.
El ministro de Hacienda ha señalado que el gasto público deberá reducirse el próximo año, ¿servirá esa acción para ayudar al crecimiento?
La política fiscal expansiva ya cumplió su tarea. Para recuperar el crecimiento se requiere que los privados vuelvan a invertir y para esto se necesitan definiciones a nivel de gobierno respecto a cómo seguiremos avanzando. Hacemos un llamado al gobierno para crear en conjunto una agenda pro confianza que nazca del diálogo, que busque acuerdos y que proponga políticas públicas sanas y modernas que se hagan cargo de los verdaderos problemas que les preocupan a los chilenos.
Por culpa de unos pocos...
Los empresarios han hecho su mea culpa por lo sucedido en los casos Penta y SQM, pero ¿qué le parece que sigan apareciendo empresas grandes, tanto públicas como privadas (Codelco, Corpesca y Endesa), involucradas en pagos a una serie de asesorías cuestionadas…
De comprobarse la veracidad de estas acusaciones, las consideramos inaceptables, tanto por quien genera el pago como por quien lo recibe. Como dice el refrán: la mujer del César no sólo debe serlo, sino también parecerlo. Hay más de un millón de empresarios que trabajan 12 horas diarias, que se preocupan de sus colaboradores, que invierten y que trabajan por el bienestar del país. No podemos estigmatizar a todos por el error de unos pocos.
El jueves, en Icare, el ministro Burgos afirmó que la actual crisis política estaba acotada a tres elites: eclesiástica, política y empresarial, ¿cómo los empresarios están enfrentando su propia crisis frente a la relación dinero-política?
Creo que el diagnóstico del ministro Burgos se queda corto. Hoy existe una crisis de confianza hacia todos los estamentos de poder, siendo esos tres los de mayor exposición mediática. La ciudadanía siente un trato desigual frente a los grupos de poder, lo que provoca una sensación de impotencia y frustración que se ha visto traducida en el rechazo hacia todos los actores.
Pero en el caso específico del financiamiento a la actividad política...
En el caso de la relación entre el mundo de los negocios y la política, es importante contar con una normativa clara y transparente. La actual crisis tiene también su origen en una normativa débil y ambigua, la que ha permitido evadir las exigencias legales y cometer las faltas que hemos conocido últimamente. Para que esto no se repita, se requiere una legislación robusta, transparente y eficaz, que se haga cargo de la realidad y exigencia que existen en esta materia.
¿Se ha conversado de este tema en los consejos de Sofofa?
Por supuesto, es un tema de conversación y preocupación permanente.
La agenda de probidad del gobierno ¿es el camino para dar vuelta la página?
La Comisión Engel presentó una serie de recomendaciones y el gobierno ha impulsado una agenda que nos parece que, a grandes rasgos, va en la línea correcta. Desde Sofofa esperamos poder aportar en las materias que nos compete para construir una adecuada política pública. Lamentablemente, otros anuncios del gobierno han eclipsado y restado fuerza a esta discusión tan necesaria.
Y en materia económica, ¿las 19 iniciativas que presentó el ministro Valdés como prioridad sirven para fortalecer la recuperación?
El ministro dio prioridad a una serie de proyectos que nos parecen positivos y necesarios, pero lamentablemente muchos de ellos no apuntan a fortalecer la recuperación. Pensamos que el proyecto del Sernac, la ampliación del giro de Enap, entre otros, tal como están, van exactamente en la dirección contraria. Sin embargo, valoramos el énfasis que desde el Ministerio de Hacienda se le está poniendo al crecimiento y esperamos que estos esfuerzos trasciendan a su cartera, porque estos temas son los que, en definitiva, impactan en la gente.
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