Chile
Lunes 03 de Junio de 2013.- En los últimos años una serie de expertos y analistas han elevado a nivel de debate público la escasez de personal calificado para trabajar en la industria minera. Sobre la base de carteras de proyectos de aquí al 2020 o 2025, se espera que la minería requiera una fuerza laboral superior a 60 mil personas. Este escenario puede haber sufrido variaciones por motivos tales como el alza de costos operacionales, escasez de energía y una baja generalizada en el precio de los commodities. Hay un frenazo en las inversiones mineras lo que, no me cabe duda, provocará cambios en las estimaciones de necesidad de mano de obra para nuestro sector.
Lo que sí es seguro, es que la industria minera necesitará de trabajadores calificados, más allá del actual escenario de contracción. Los profesionales que más se necesitarán son ingenieros metalurgistas y en minería subterránea, además de operadores y mantenedores calificados de maquinaria, tanto de rajo abierto como subterránea.
Esta nueva fuerza de trabajo debe venir preparada no sólo teórica sino que prácticamente. Por esto es que las mineras y las empresas proveedoras están firmando convenios con centros de formación técnica y universidades, haciendo esfuerzos por alinear la oferta y la demanda tras técnicos y profesionales ya capacitados para trabajar en minería, y de esta manera reducir el tiempo de adaptación de los nuevos trabajadores a las labores de faena.
Hacemos especial mención de la Universidad de La Serena y sus instalaciones del Centro Experimental Brillador, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad, en el Distrito de Lambert. La mina escuela tiene 2.000 metros de túneles, maneja una planta concentradora de primer nivel y un plantel de académicos expertos. Allí existen las condiciones adecuadas para que profesionales, aprendices, o nuevos trabajadores, puedan trabajar en un ambiente minero y capacitarse. Con esa infraestructura, Coquimbo tiene fuertes ventajas comparativas frente a otras regiones mineras del país.
En materia de capital humano hemos ido perdiendo competitividad al sumar altos costos y baja productividad, pero si queremos que efectivamente la industria minera pueda ser una herramienta de movilidad social para miles de personas en el país, primero tenemos que prepararlos bien, y esfuerzos como el de la ULS lo harán posible.
Diario El Día