Chile
27 de Diciembre de 2010.- Javier Hidalgo tiene 27 años y es mecánico automotriz. Como muchos de sus compañeros, comenzó trabajando en un taller y ganaba $ 150 mil al mes. Sin embargo, su vida laboral dio un giro cuando lo llamaron de la empresa Finning, especializada en prestar servicios de mantención de maquinaria para la minería. Hoy gana alrededor de $ 800 mil mensuales y trabaja para la minera Collahuasi, en Iquique, reparando vehículos y maquinaria.
Su caso no es aislado: muchos mecánicos automotrices con diversas menciones, como mantenimiento industrial, electrónica o maquinaria pesada, han visto cómo su profesión se ha vuelto más rentable de lo que imaginaron debido a que el sector minero, según estimaciones de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), creará 10 mil nuevos empleos para técnicos y profesionales de hoy a 2015. Esto ha provocado una explosión en el número de interesados en estas carreras, lo que se refleja en casos como Mecánica Automotriz en Electrónica, que según cifras del Consejo Nacional de Educación, tiene hoy 400% más de matriculados que hace cinco años.
Es tal el interés por estos técnicos, que se concentran en instituciones de la zona norte y de Santiago, que incluso las empresas ligadas a la minería los van a buscar antes de que se titulen. Es el caso de Inacap, que en su sede de Iquique cuenta con un convenio con la empresa Komatsu. Esta reclutó a más de 200 mecánicos y espera hacer lo mismo este año, captándolos antes de que salgan siquiera a buscar un empleo.
Otras carreras
Una situación similar se vive en el sector salud, donde al conocido auge de Enfermería se suman otras opciones como Terapia Ocupacional, Tecnología Médica y Nutrición, cuyos egresados encuentran trabajo rápidamente y con buenos salarios. Estas tres profesiones tienen una probabilidad de encontrar empleo que supera el 90%, y sueldos al primer año de egreso que van desde casi $ 500 mil para los nutricionistas, a los $ 720 mil para los tecnólogos, lo mismo que una enfermera.
Estas cifras han llevado a un creciente interés entre los jóvenes: hoy los alumnos de Terapia son 248% más que en 2005 (más de 1.100 personas); los aspirantes a tecnólogos son hoy el doble de lo que eran en 2005, y los matriculados en Nutrición pasaron de 1.000 a más de 2.800 en el mismo período.
Francisca Silva, directora de Tecnología Médica en la Universidad San Sebastián, sede Santiago, señala que este auge se debe a que "antes había menos demanda de exámenes para determinar un diagnóstico médico y hoy éstos son casi indispensables". Agrega que las áreas que más prefieren los alumnos son Imagenología y Oftalmología, pues ellos están más en contacto con los pacientes, y que la demanda de profesionales "hace que sea común que los egresados se queden trabajando en los lugares donde hacen sus internados". Por la misma razón, si hace cinco años había 12 instituciones que impartían este programa, hoy lo hacen 28 universidades.
Otras de las razones para que los profesionales de salud sean tan cotizados son los cambios en las enfermedades y en el envejecimiento de la población. Problemas como la obesidad están íntimamente ligados con los nutricionistas, en tanto que el aumento de personas con problemas de consumo de drogas o la necesidad de integrar a niños con discapacidades en centros educativos han sido claves para aumentar la demanda de terapeutas ocupacionales (ver recuadro). Paula Soto, directora de Terapia Ocupacional de la Universidad de Chile, señala que el campo va desde centros de rehabilitación a educativos e, incluso, trabajos en el extranjero. En esa casa de estudios, el 100% de los egresados encuentra trabajo a los seis meses y ganan un promedio de $740 mil al mes.
Se abren campos laborales no tradicionales
Cuando Tamara Pakozdi entró a estudiar Nutrición y Dietética en la Universidad San Sebastián en 2003, no sabía mucho de su campo ocupacional. Hoy trabaja en un hogar de ancianos, grupo etario en crecimiento y con necesidades alimenticias específicas. Así como Tamara, muchos nutricionistas han encontrado un campo en áreas no tradicionales, como empresas alimenticias que desarrollan programas de comida saludable o escuelas que contratan sus servicios para decidir qué colaciones son las más apropiadas. Algo similar ocurre con los tecnólogos: incluso, esta semana se decidió que quienes tengan la mención en Oftalmología podrán recetar lentes ópticos, lo que abre otra posibilidad de desarrollo laboral (La Tercera).
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