Chile
Este año será enviado el primer proyecto de ley en materia nuclear. Se busca generar las condiciones para que el país tome una decisión.
2 de Marzo de 2011.- La semana pasada, el biministro de Energía y Minería, Laurence Golborne, fue a Francia y Bélgica junto a una comitiva chilena, que incluía al empresario Guillermo Luksic, para interiorizarse sobre los avances que muestran en materia nuclear. Ahí, firmó con Francia un acuerdo de cooperación en materia nuclear que incluye el apoyo a Chile. Esto, en un escenario en que hoy se evalúa si conviene incorporar ese tipo de desarrollo a la matriz energética. Golborne aprovechó la ocasión para mostrar su visión sobre esta materia y los pasos que seguirá el gobierno.
¿Cuál es el diagnóstico de la visita a Francia para ver su avance nuclear?
La experiencia francesa fue muy interesante de conocer. A partir de 1945, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, tomó la decisión de entrar en la construcción de una central nuclear y la primera apareció en 1970. Esto muestra que ese tipo de decisión demora mucho tiempo en materializarse. Además, nos dimos cuenta del nivel de aceptación de los ciudadanos. La convivencia de la gente, en términos cotidianos, con centrales nucleares no genera ningún rechazo mayor en la población y es muy interesante ver cómo se abordan los temas de tratamiento de desechos en un país que tiene muchísimos años de experiencia.
¿Cuál es el modelo ideal de una planta nuclear en Chile?
No estamos viendo hoy específicamente proyectos. Estamos más bien estudiando la regulación que existe, las necesidades de capital humano y la gente que se necesitaría para la toma de decisiones en este tema. Un eventual desarrollo de un proyecto tomaría muchos años y, probablemente, si se iniciara hoy día ese proceso, una central nuclear estaría en funcionamiento recién hacia 2025. Más allá de las dimensiones y decisiones políticosociales para abordar esta tecnología, es necesario que ese programa sea para un período de 30 años y más.
Estamos hablando de necesidades energéticas para prácticamente mediados del siglo.
¿Qué tan cerca está la decisión de tener una central nuclear?
Bastante lejos. Primero, se requiere contar con información, recursos humanos y capacidades técnicas para evaluar las propuestas que se deben hacer. Esto implica tener los elementos de juicio y capacidades para proponer a la ciudadanía y al mundo político avances en esa dirección, si técnicamente es una necesidad. En materia políticosocial es necesario avanzar en la educación de la población. Así, cuando esta materia se debata a nivel nacional, la información sea adecuada y no parcial.
¿Van a retomar o iniciar estudios nuevos en materia nuclear?
Hay que seguir avanzando en la profundización de la mesa de trabajo que lideró Jorge Zannetti y en el análisis específico de nuestro marco regulatorio. Hoy no están dadas las condiciones legales para avanzar en esta dirección. Hay que determinar cuáles son los organismos regulatorios y las formas de despacho de estas unidades. Ya estamos trabajando en materia reglamentaria. Estamos viendo los diferentes modelos que operan en distintos países. Pretendemos, dentro de este año, enviar al Congreso un proyecto de ley que defina los roles de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) y un rol de fiscalización y regulación por una entidad separada. Ya trabajamos en un proyecto y borrador de proyecto de ley en esa dirección, para someterlo a discusión en el Congreso, ojalá dentro de este año. Estamos hablando del segundo semestre.
¿Es el primer paso más concreto de un gobierno en materia nuclear?
Sí, sería el primer paso más concreto, efectivamente.
¿Qué tamaño deberían tener las centrales nucleares en Chile?
Hoy día se han desarrollando cada vez mejores tecnologías para desarrollar plantas de menor capacidad. Antes se hablaba de centrales de 1.000 MW para arriba. Hoy ya se habla de plantas de 500 MW e incluso de 100 MW, que son modulares. La tecnología ha ido evolucionando hasta volverse económicamente más alcanzable. Técnicamente esa solución existe, pero tiene que ver con la economía de esas soluciones. Pero la decisión sobre qué tipo de plantas es algo que estamos lejos de abordar.
¿Pero piensa que Chile requiere una o dos unidades de 500 MW?
Cuando se piensa que el país entrará en un programa de esta naturaleza, por el esfuerzo que implica, no pareciera lógico que fuera sólo por una planta de 500 MW. Por eso se debe pensar, en caso de entrar en esta dirección, en un programa de 30 años. Estamos hablando de más de 1.000 MW.
Hay que pensar que el país puede necesitar duplicar su matriz energética cada 15 años, al crecer a una tasa sobre 6%. Si se piensa en esta estructura, diría que Chile en los próximos 15 años debería desarrollar por lo menos 12 mil MW y en los siguientes 15 años otros 24 mil MW, y los siguientes unos 50 mil MW. Es decir, 100 mil MW de potencia instalada en los próximos 50 años y eso da espacio para mucho desarrollo. Ojalá Chile tenga ese problema, porque eso significa que el país logró crecer a esas tasas y va a estar en el primer mundo. Es un problema, pero también es una oportunidad (La Tercera).
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