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Chile

28 de Marzo de 2011.- Pintaba todo muy bien: una mina de oro en la boca oriental del Estrecho de Magallanes que podría dar trabajo a 200 personas y con una extracción que se extendería durante varios años, extraoficialmente se habló incluso de al menos dos décadas.

Una veta de oro que venía a retomar las extracciones en la región, tras varios años sin grandes novedades al respecto. Lo último que se conoció en la zona fue el cordón Baquedano en Tierra del Fuego, pero de eso ya hace bastante tiempo.
Detrás del proyecto apareció un inversionista, argentino de nacimiento, que tiene la intención de hacer todo legal, ingresar los dineros a través de cuentas en bancos nacionales y dar empleo a trabajadores chilenos, con apoyo de profesionales nacionales y extranjeros.
Pero hubo un par de elementos que se agregaron a la historia, que dejaron todo en stand by y no se sabe por cuánto tiempo: los terrenos en que se hizo la exploración no son fiscales, como creía el inversionista argentino, y en las mismas tierras ENAP tiene instalaciones de distinta índole, entre ellas oleoductos y gasoductos, y la Armada administra hace varios años el Faro Dúngenes, mediante un acuerdo de palabra con los propietarios de los campos.
A eso se suma que en los predios, que colindan con el territorio transandino, operan dos empresas de propiedad de los dueños.

Recopilación de datos

El punto es que el miércoles 16 de marzo Claudio Oyarzo y su madre Cruz estaban almorzando cuando los llamaron para contarles que según el Diario El Pingüino comenzaría a operar un yacimiento de oro cerca de Punta Dúngenes. La mayor sorpresa se la llevaron cuando vieron que los terrenos en que se instalaría la mina a rajo abierto, estaban exactamente debajo del comedor que utilizaban en ese momento.
Ahí comenzaron a buscar información, al tiempo que el empresario argentino Alberto Cataldo, anunciaba su intención de comenzar con la extracción de oro de excelente ley (23,9 quilates, casi puro) en 2012.
Mientras Oyarzo, administrador de la Ganadera Los Pozos, que es la empresa dueña de los terrenos, no había recibido ninguna notificación judicial ni de palabra, nada de nada.
Lo cierto es que hoy el escenario no muestra grandes avances, dado que representantes de la Sociedad Ganadera Los Pozos se han reunido en varias ocasiones con el seremi de Minería, Rodolfo Arecheta, quien les explicó el emplazamiento del proyecto, que estaría ubicado en el subsuelo del Faro Dúngenes.

Servidumbre obligatoria

Lo cierto es que el Código Minero ampara las exploraciones mineras, pero la negativa del empresario argentino a contactarse con los dueños del terreno deja todo en punto muerto.
La servidumbre (proceso en que el dueño del terreno entrega los derechos de explotación de su tierra a un tercero) normalmente se establece de mutuo acuerdo, pero si el dueño de las tierras se niega, se puede conseguir de forma judicial.
Pero como ejemplifica el abogado doctor en Derecho Ambiental, Jorge Luis Varela, “el dueño del predio superficial podría oponerse a la servidumbre y ahí ésta tendría que ser otorgada por un juez. El tema es que si se invoca legítimamente que puede haber daño ambiental, el proceso se va a alargar durante mucho tiempo. De hecho, el dueño del terreno puede tasar su perjuicio económico, por ejemplo, en diez millones de dólares y es el juez quien debe adoptar la decisión. Además, si el juez tramita la servidumbre, puede tasar el costo que se debe cancelar por el proceso”.
Así que el trecho que debe pasar el proceso del yacimiento es bastante largo, más si Oyarzo como señaló a Diario El Pingüino piensa defender sus tierras porque “si la mina se establece, me liquida los negocios”.

ENAP y la Armada

Ahora uno de los pasos que resta es conocer la opinión de las otras empresas involucradas en el tema. En el caso de ENAP, al ser consultada, señaló que no está en conocimiento del proyecto, por lo que señalaron que no harían comentarios, mientras que de la Armada no fue posible conocer una opinión.
Por ahora, Oyarzo plantea que “nosotros hemos seguido recopilando información, necesitamos saber si se han hecho o no visitas. De lo último que nos enteramos es que este señor (Cataldo) estaría dando vueltas por los terrenos desde el año 2000 y que las exploraciones, para determinar si hay oro en los terrenos, las hizo desde el lado argentino (muy cerca del precio de Ganadera Los Pozos). En estos días yo conversé con los marinos porque fui al Faro Dúngenes y ellos no vieron ninguna faena de exploración, no están enterados de nada”.
Lo cierto es que Oyarzo está preocupado por el futuro de las seis mil cabezas de ovino que tiene en los terrenos y por la empresa de agroturismo que funciona en el mismo lugar, pues recalca que ambos emprendimientos estarían condenados a morir si se concreta el proyecto.
Si bien en alguna ocasión el administrador ha manifestado la voluntad de llegar a un acuerdo, la nula comunicación por parte del empresario trasandino lo tiene muy molesto y en la búsqueda de asesoría legal, porque tal como señaló en la semana “yo estoy porque definitivamente la mina no se haga” (El Pinguino).

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